La pareja, ese gran desconocido

«La pareja. Eterno paradigma del que los más iluminados se sienten orgullosos de haber eliminado de sus conductas.

La pareja, eterno debate del bien y del mal, al que personas carentes de ella tienen la fatuidad de aleccionar, aconsejar y criticar por el bien del afectado/a.

La pareja, tabú humano, pandemia nacida en los orígenes de la creación, y que aún después de miles de años sigue sin ser superada.

La pareja, eterna incógnita de la que pocos se libran, que no distingue de sexos, edades o etnias. A la que estamos condenados y destinados, y de la que nadie escapa. 

La pareja, ese gran desconocido. A ti, hoy, te dedico este artículo.»

Cada vez está más comprobado que el ser humano es capaz de conseguir todo lo que se proponga y, por ende, conseguir algo que no quería por fijar un objetivo erróneo. Por eso en el artículo de hoy os traigo varias reflexiones que si has estado soltero/a alguna vez quizás te serán familiares.

Vivimos en una sociedad en la que «querer tener» pareja no está muy bien visto. Las personas que tienen la suya, generalmente se jactan de haber encontrado la fórmula mágica, el pegamento invisible que les convierte en la «pareja ideal». Si estás soltero/a, seguramente te has encontrado con algunos consejos que te han servido de poco o nada, y además sientan bastante mal.

En ocasiones observo con total perplejidad que la mayoría de las personas que desean encontrar pareja se encuentran con comentarios y consejos de todo tipo. La mayoría de los bienaventurados creen tener la solución perfecta y sentencian como primer objetivo: Tienes que aprender a estar solo. (Y aquí metería un emoticono de esos con carita ojiplática)

… Muy bien… Resulta que lo que quiero es estar en pareja, y para ello voy a dedicar todos mis esfuerzos y mis herramientas a estar solo… ¡¡Interesante!! Es decir, quiero engordar porque estoy muy baja de peso, y lo que voy a hacer es aprender a vivir sin comida… O quiero una casa y por eso me voy a ir a vivir debajo de un puente.

Estamos de acuerdo que para elegir (y hago hincapié en la palabra elegir), para elegir una pareja, es conveniente haber sanado nuestras carencias afectivas y miedos, porque sino los proyectaremos en la persona elegida, que será la encargada de hacernos de espejo. Es decir, si tengo un sentimiento profundo de abandono, seguramente (y solo digo seguramente) me enamoraré de una persona que me hace sentir abandonada. Aunque, (oh sorpresa) no voy a saber que tengo un sentimiento de abandono hasta que la pareja que he elegido me haga sentir abandonada.

Habrá personas que tienen un sentimiento de soledad profundo, y que prefieren estar en pareja para no sentir ese sentimiento. Pero un aviso a todos los «aconsejantes»: No todo el mundo prefiere estar en pareja a estar solo. No es la única solución, ni el único problema por el cual las personas no encuentran pareja. Y además, molesta bastante que lo digas a un soltero/a, porque precisamente lo que hacen todo el tiempo es estar solos.

Por lo tanto, lo importante NO es aprender a estar solo, lo importante es sanar el sentimiento de soledad en caso de que exista. Porque ese es realmente el que nos aflige, y lo llenaremos con comida, con amistades tóxicas o con parejas, indistintamente.

Ahora bien, muchas veces lo único que queremos es compañía, hacer cosas juntos. Somos seres sociales y necesitamos sentirnos acompañados. Creamos fuertes vínculos con personas. No solo con parejas. Hay casos en los que la madre y la hija van juntas a todas partes, o con la amiga, o con el hijo…  Entonces ojo, porque a lo mejor estás dando el consejo equivocado a la persona equivocada. Quizás tienes pareja y resulta que eres muy independiente de ella pero muy dependiente de tu madre… En algún momento has tenido que aprender lo de estar solo tú, o ¿solo es un consejo unilateral que no te estás aplicando?

La pareja es un maestro. Nuestro espejo en el que vamos a ver reflejada nuestra sombra. En realidad, no existen parejas malas, existen maestros camuflados que nos muestran lo que debemos aprender a amar de nosotros mismos.

Si te buscas parejas que no se quieran comprometer, la cuestión es que una parte de ti no siente que se vayan a querer comprometer contigo, un miedo, una necesidad. Si eliges parejas que te maltratan (física o psicológicamente), mi pregunta sería ¿cuanto de culpable te sientes tú?.

La pareja es un filón de trabajo personal. Y, para vuestra tranquilidad, no es oro todo lo que reluce. No estoy diciendo que no sea posible una relación de pareja sana, sino todo lo contrario.

La pareja es el reflejo de la relación de amor que tienes contigo internamente.

Dime qué pareja tienes, y te diré la relación que tienes contigo mismo. Si tu diálogo interno en algún momento te ha dicho que no encontrarás a nadie que te quiera, ese será el reflejo que una pareja nueva te traerá. Si necesitas amor y protección, elegirás una pareja a la que proteger y cuidar.

A menudo encuentro personas que se enamoran de otras, pero no de sí mismas. Hay un anuncio muy conocido cuyo eslogan es: «si no te gustan tus defectos, a alguien le gustarán». Y creo que ese es otro de los peores consejos que nos podemos dar. No estoy hablando de que te gusten todos tus defectos, ni de que te ames sin filtro. Estoy hablando de aceptación, de perdón a uno mismo, de amor y compasión hacia nuestras imperfecciones.

Por eso no hay fórmulas secretas. Tanto si tienes pareja como sino, el regalo viene envuelto en forma de mirar hacia dentro. Y no es tan fácil, por eso en ocasiones un terapeuta puede ser de gran ayuda en este intenso camino de descubrimiento.

Así que enamórate, sal de tu cascarón, ilusiónate, comprométete, si lo haces con otra persona ¿cuándo lo vas a hacer contigo?

2 Comentarios

  1. Leyre

    Me ha encantado Lidia, me encantará ponerme en tus manos y que me ayudes a descubrirme porque me está costando más de lo que esperaba. Muakssss

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    • Lidia Ibáñez

      Muchas gracias Leyre. Encantada de ayudar a descubrirte ❤

      Responder

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