La palabra «metafísica» deriva del griego μετὰ φυσική, que significa «más allá de la naturaleza o más allá de la física». Es una rama de la filosofía que estudia la naturaleza, estructura, componentes y principios fundamentales de la realidad.
La metafísica aborda los fundamentos de la estructura de la realidad, el sentido y la finalidad última de todo ser.
Esta palabra la encontramos en los escritos de Aristóteles, aunque es de hecho más antigua, dado que hay casos de pensamiento metafísico en los filósofos presocráticos. Platón preparó el terreno a Aristóteles gracias a sus diálogos de lo que es el ser. Kant calificó la metafísica de «necesidad inevitable». Y Arthur Schopenhauer incluso definió al ser humano como un «animal metafísico».
Podemos afirmar que la metafísica es «lo que está más allá de lo físico», y da sentido a cómo este toma forma.
Por tanto, hay algo que trasciende al ser humano y que permite que se materialice lo físico. Algo que va más allá de lo que observamos y que está estructurando la realidad tal como es.
Siguiendo esta línea, varios autores hallaron en la enfermedad una fuente de visión metafísica, y comenzaron a estudiar las posibles causas que hacían que esta se materializase de una determinada manera en el cuerpo.
De ahí que se empezara a contemplar la relación entre enfermedad, síntoma físico y emoción. Y la explicación que tenía esta relación como finalidad última de la misma. Es decir, la finalidad de la enfermedad.
Especialmente en el último siglo podemos encontrar una gran variedad de personas que se han dedicado a la investigación de esta rama, de la talla de Lisa Bourbeau, Jacques Martell, Dr. Hamer, Christian Fléche, Claude Sabbah, Marc Frechet, Salomon Sellam, Louise Hay, Eric Rolf o Enric Corbera, dando lugar a un amplio estudio y profundización sobre el tema, y creando nuevas vertientes de especialización como la Medicina Germánica, la Biodescodificación, la Terapia de Descodificación Biológica o la Bioneuroemoción, entre otras.
Todas ellas parten de la metafísica, esclareciendo como se establece la relación entre un «evento», la emoción y la enfermedad.
La enfermedad es la respuesta biológica a un conflicto que ha sido vivido de forma súbita, con alto impacto emocional, en soledad y sin solución aparente (o al menos la persona lo vive sin posible solución).
Toda enfermedad tiene una función metafórica, directamente relacionada con el órgano o la parte afectada. Es por esto que hoy en día se ha podido desarrollar un «diccionario de enfermedades», donde están clasificados de forma general cada síntoma, y relacionado directamente con el conflicto emocional. Es decir, problemas de garganta: lo que no decimos, lo que nos tragamos o no podemos tragar. Problemas de estómago: lo que no digerimos. Problemas de vista: qué no queremos ver, a qué no abro los ojos…
Es decir, lo que empezó siendo una inocente relación entre lo físico y lo que lo estructura, ha llegado a ser una completa visión de entendimiento sobre la enfermedad y lo que esta supone en el ser humano.
Biológicamente la enfermedad nos está dando una respuesta de supervivencia. O lo que es lo mismo, la enfermedad viene a salvarnos, desde el punto de vista biológico.
Anne Ancelin-Schützenberguer, Alejandro Jodorowsky, Marianne Costa o Bert Hellinger entre otros, han desarrollado esta relación y el papel que nuestros ancestros tienen en las experiencias que vivimos o las enfermedades que sufrimos, dando una vuelta de tuerca más a la comprensión de nuestra existencia. Lo que se ha vivido en nuestro árbol, los secretos, las promesas, los hijos no nacidos o abandonados, el dolor callado y enterrado, las muertes prematuras o violentas… Todo lo que está sin resolver, el árbol lo repite.
«Nuestro árbol puede ser una tumba o un tesoro» Alejandro Jodorowsky.
A día de hoy esta técnica se ha desarrollado tan profundamente, que combina aspectos de la Programación Neurolingüística, Metagenealogía o Psicogenealogía y la relación con las emociones.
Una de las personas más carismáticas que en estos tiempos está dado una enorme difusión a estos conocimientos es Enric Corbera, con el que he tenido el placer de aprender personalmente.
Él da una visión profunda de esta técnica, aplicando su efectividad para desactivar programas muchas veces heredados, que pueden acarrear problemas de salud, de pareja, económicos, de aprendizaje, etc.
Esta técnica es altamente efectiva y profunda, con un gran componente en investigación y resultados, que nos ofrece la oportunidad de sanar a través de un entendimiento consciente de «para qué» nos sucede esto.
«Enfermamos inconscientemente, nos hacemos conscientes y sanamos inconscientemente» Enric Corbera.
Sin embargo, para tener la capacidad de «desactivar» la enfermedad o el problema que nos aflija, hay que contemplar una serie de datos importantes que rodean el evento, y que son fundamentales. Cuándo sucedió el hecho, qué pensabas cuando se desencadenó, qué parte del cuerpo ha afectado, qué tejidos, cómo te sentías, qué función biológica ha cumplido la enfermedad, etc.
Por tanto, es fundamental el acompañamiento de un persona entrenada en la metodología.