Ay! Mis ancestros!

¿Cuál es la importancia que tienen tus ancestros en tu vida?

Quizás te suene a película de ciencia ficción pero, sin saberlo, puedes haber heredado de tus padres o abuelos ciertos comportamientos, enfermedades o sucesos.

Anne Ancelin Schützenberger es una psicóloga, abogada y profesora rusa nacionalizada francesa, que a finales del siglo XX descubrió la relación que tenían las vivencias de nuestros antepasados, con ciertos sucesos, comportamientos y enfermedades (físicas y psicológicas). Durante años curó a muchos pacientes de cáncer con un método desarrollado por ella, al que llamó «terapia transgeneracional psicogenealógica contextual», desarrollado a través del análisis clínico y su práctica profesional de más de cincuenta años de trabajo, y cuya misión era trabajar sobre «lealtades invisibles» que nos obligan, curiosamente, a «pagar las deudas» del pasado de nuestros ancestros.

¿Pagar deudas de mis ancestros? ¿Qué me estás contando?

Pues si. En términos corrientes, podríamos decir que somos un «eslabón» de la cadena de las generaciones, y  una especie de lealtad invisible nos impulsa a repetir, lo queramos o no, lo sepamos o no, situaciones, agradables o acontecimientos dolorosos.

La doctora Schützenberger descubrió esto de forma casual. Se encontraba visitando a una joven sueca de treinta y cinco años que estaba desahuciada por el cáncer. Los médicos acababan de amputarle una parte del pie y se preparaban, impotentes, a amputar todavía más. En la habitación había el retrato de una mujer joven en la pared del salón, que resultó pertenecer a la madre de la joven, que sorprendentemente había muerto de cáncer a la edad de treinta y cinco años. Ese día, esa doble coincidencia de edad y enfermedad dejó estupefacta a la doctora Schützenberger, que de pronto tuvo la certeza de que esta mujer se había «programado» para caer enferma a la misma edad en que su madre había muerto de cáncer.

Esto pudo corroborarlo posteriormente cuando centró su trabajo en el estudio de los árboles genealógicos de sus pacientes, que le revelaron repeticiones asombrosas: familias en la que las mujeres morían en el mes de Mayo durante tres generaciones seguidas. Cinco generaciones de mujeres que a la edad de trece años se volvían bulímicas. Una genealogía en la que los hombres eran víctimas de un accidente de coche el día de la primera vuelta a clase de su primer hijo.

Aunque esto pueda parecer muy lejano, a veces las coincidencias pueden resultar escalofriantes. Por mencionar un caso muy conocido: El 20 de julio de 1973, el famoso Bruce Lee, muere de un supuesto «derrame cerebral» rodando la escena de una película donde interpretaba el papel de un actor que recibía un disparo en pleno rodaje. Justo veinte años después, su hijo Brandon Lee muere de un disparo mientras rodaba la película “El Cuervo” donde se mezclaron balas reales con las de fogueo, causando el fatal desenlace.

Este es un pequeño ejemplo de causalidades ocurridas entre distintos miembros de una misma familia, pero lo cierto es que todos heredamos de nuestros ancestros patrones de comportamiento, enfermedades o sucesos del mismo modo que heredamos el color de los ojos o la forma de la nariz. Principalmente de nuestros padres y abuelos, aunque en alguna ocasión los bisabuelos también tienen su importancia.

En 1988 La doctora Schützenberger escribió un libro titulado «Ay, mis ancestros!» donde habla de cosas tan fundamentales como los vínculos transgeneracionales, secretos de familia, síndrome de aniversario, transmisión de traumatismos (términos que hoy en día son ampliamente utilizados en Técnicas como la Bidescodificación o la Bioneuroemoción) y lo que esto implica en nuestras vidas. Este libro apasionante propone numerosos ejemplos y se inscribe en las últimas investigaciones de la psicoterapia integrativa. Puedes descargarlo aquí.

Hoy en día la epigenética es un campo de la ciencia que se encarga del estudio de los mecanismos de herencia no genéticos. Es decir, se dedica a estudiar los cambios heredables que no dependen de la secuencia de bases del ADN, y establece que factores ambientales (como la alimentación, el estilo de vida, el comportamiento y el estrés) pueden influir en la salud no solo de quienes están expuestos a ellos, sino también la de sus descendientes.

En esta línea, un estudio científico de la Universidad de Medicina Emory en Atlanta, ha descubierto que nuestro ADN transmite información de experiencias de miedo y de estrés de generación en generación. Según el Telegraph, el Doctor Brian Dias, del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Emory dijo: ”Desde una perspectiva traslacional, nuestros resultados nos permiten apreciar cómo la experiencia de un padre o madre, incluso antes de concebir, influyen marcadamente en la estructura y la función del sistema nervioso de generaciones siguientes”.

Esta información se encuentra en una parte que se denomina el ARN, y la buena noticia es que esta parte es dinámica. Por tanto a diferencia de otros patrones físicos que heredamos como el color de los ojos o el color del pelo o la apariencia física, las tendencias de conducta que también heredamos de nuestros ancestros podrían modificarse cuando somos conscientes de que son programas. De todo esto iremos hablando en siguientes artículos.

En realidad, somos menos libres de lo que creemos. Lo bueno de esto es que tenemos la posibilidad de reconquistar nuestra libertad y de salir conscientemente del destino repetitivo y de nuestra historia si comprendemos los lazos complejos que se han tejido en nuestra familia.

Si tienes un suceso traumático en tu vida (un accidente, una muerte súbita, etc), una determinada enfermedad (independientemente del nivel de gravedad que tenga), o una situación repetitiva (pérdidas económicas, tipos de pareja tóxicos, problemas laborales, etc), el hecho de trabajar con el árbol genealógico de mano de un buen profesional, puede ser el camino a recuperar el bienestar en tu vida.

Si te encuentras en alguna de estas circunstancias, y te gustaría saber más sobre tus ancestros y trabajar con tu árbol genealógico, puedes ponerte en contacto conmigo.

2 Comentarios

  1. Nancy Analía Bonfanti

    Me he dado cuenta de las repeticiones al indagar sobre la vida de mis ancestros, casi sin querer, intentando recopilar datos para conseguir el acta de nacimiento de mi bisabuelo con el fin de obtener la nacionalidad italiana, aunque él había sido austríaco, precisamente de la zona del Tirol, hoy Trento, Norte de Italia. Me habían contado que recorría diversos lugares cercano a su campo para buscar con quién se deberían casar sus hijos, Además pude obtener información de situaciones parecidas relacioinadas a otros antepasados. Esto que relato son acciones de familiares paternos, aunque fue mi madre la que me obligó a casarme con quien yo no quería en mi juventud, yo amaba a otra persona, y lo amo hasta el día de hoy, a punto de cumplir 52 años todavía no olvido ni puedo sacar de mi alma y de mi corazón, aunque no sé nada de él en la actualidad. Las historias se van repitiendo, muchos casos más de estos hay en mi familia, también relacionadas a otras cuestiones como las enfermedades.

    Responder
    • Lidia Ibáñez

      Por supuesto Nancy Adalía, es sorprendente cómo se repiten las historias, y a veces son especialmente dolorosas. Siento profundamente lo que cuentas. Ahora lo importante es tomar consciencia de ello para no repetir, porque si algún sentido tiene el árbol es sanar las historias a través de nuevos personajes que hagan las cosas de diferente manera. Mil gracias por abrir tu corazón y compartir tu historia. Un abrazo ❤

      Responder

Enviar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Share This